En el complejo entramado del sistema sanitario argentino, la logística medicinal cumple un rol silencioso pero vital: garantizar que medicamentos, vacunas y productos biológicos lleguen a destino en condiciones óptimas, preservando su eficacia y seguridad.
Esta tarea exige mucho más que transporte: requiere tecnología, protocolos rigurosos y un compromiso absoluto con la salud pública.
Cadena de frío: el corazón del transporte farmacéutico:
Muchos medicamentos y vacunas son sensibles a la temperatura. Para conservar su integridad, deben mantenerse dentro de rangos específicos —como +2°C a +8°C o +15°C a +25°C— desde el laboratorio hasta el punto de aplicación.
En Argentina, empresas como Log Med han desarrollado soluciones de cadena de frío end-to-end que incluyen:
- Vehículos con monitoreo satelital.
- Contenedores especializados
- Sensores de temperatura y trazabilidad digital en tiempo real.
- Protocolos de contingencia ante desvíos térmicos o interrupciones logísticas.
Además, normas IRAM como la 3708 y la ISO 39001 refuerzan los estándares de bioseguridad y seguridad vial en el transporte.